miércoles, 29 de septiembre de 2010

Lo SiMpLe


Gira… gira lento, suave, despacio…, bajando disimuladamente por la mejilla… Gira, rueda… casi imperceptible a los ojos abiertos pero ausentes de los pasajeros abstraídos… Se desliza lenta y sigilosamente, muy controlado, sutil es cada uno de sus movimientos, no hay torpeza en su andar desde su partida desgarrada del orificio nasal izquierdo… Gira… dedos, dedos sostén, dedos trampolín… y sin más, sin rumbo, sin planes, como con personalidad propia pero de manera inanimada sigue girando por aquellos pequeños deditos…va y vuelve… atrapado en esa estrecha brecha del pulgar y el índice… girando, alargándose… mutando de forma y color pero sosteniendo su esencia, eso que lo hace único… diversión sin pretensiones… gira, vuelve a girar… sin fin… Ella absorta en esta tarea, como si hubiera nacido para esto, dueña de cada movimiento… “felicidad grosera”… waing-waing, se estira por momentos, como resorte, waing-waing… gira, gira y ella con sus solo cuatro añitos es la impulsora de todo este juego, absorta en su tarea, concentrada al máximo como si el mundo solo dependiera de esto… Ella no me ve, yo sin embargo puedo observarla pero tengo mucho cuidado que no se dé cuenta así mi mirada no condiciona el perfecto funcionamiento… yo fascinada con su presencia pura, con su trasparencia, con su atención y dedicación… lo simple… Hasta que finalmente la madre jala de su brazo cuando el subte se aproxima a la detención en la estación Medrano, entonces ella como despertando de un sueño prohibido rápidamente pega su moco debajo del asiento… Ellas se bajan, yo sigo viaje, ya no es lo mismo…

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